El Animal Político: ¿Evolución o seguimos jugando a la democracia?

El Zoon Politikon de Aristóteles: La política como condición de la vida humana

Aristóteles, uno de los filósofos más influyentes de la historia, introduce el concepto de zoon politikon, traducido como "animal político", para describir la naturaleza esencialmente social del ser humano. Este término, central en su obra La Política, indica que los seres humanos solo pueden alcanzar su pleno desarrollo en comunidad. A lo largo de sus escritos, Aristóteles argumenta que la vida política es inherente a la realización de la eudaimonía (felicidad o vida buena) y que el ser humano no puede florecer fuera de una estructura social. En este contexto, la política se presenta como la disciplina superior a la ética, ya que se orienta hacia el bien común, que prevalece sobre el bien individual.

A continuación, analizaremos los principales puntos que sustentan esta afirmación aristotélica, con el fin de profundizar en la relación entre el ser humano, la comunidad y la política.

La naturaleza social del ser humano

Para Aristóteles, la vida en comunidad es una característica intrínseca del ser humano. Afirma que los seres humanos están naturalmente inclinados a vivir en sociedad, ya que su propia constitución los impulsa a establecer relaciones y cooperar entre sí. La primera forma de esta socialización surge en el ámbito familiar, que es la comunidad básica para la reproducción y la satisfacción de las necesidades más elementales.

Aristóteles escribe: "El hombre es un animal social; es necesario que se emparejen los que no pueden existir uno sin el otro, como la hembra y el macho con vistas a la generación" (Politica, 1252a). Este vínculo inicial entre hombre y mujer, que surge de la necesidad de perpetuar la especie, es solo el primer paso en un proceso que culmina en la vida política organizada.

La inclinación a vivir en sociedad no es una mera opción para el ser humano, sino una necesidad inherente. Al igual que el ser humano es por naturaleza un ser racional, también lo es un ser social, cuyo potencial solo puede desarrollarse plenamente en interacción con otros. Aristóteles, por tanto, concibe la comunidad como un requisito fundamental para la realización de las capacidades humanas más elevadas, y esto se materializa en la vida política.

La Primacía de la Comunidad

Aristóteles sostiene que la comunidad es anterior y superior a los individuos que la componen. Argumenta que la ciudad o polis no es simplemente una suma de individuos, sino una entidad que los trasciende. Es en la comunidad política donde el ser humano encuentra su pleno desarrollo y puede cultivar sus virtudes.

"Por naturaleza, pues, la ciudad es anterior a la casa y a cada uno de nosotros, porque el todo es necesariamente anterior a la parte" (La Política, 1253a). Este enunciado revela la concepción aristotélica de la prioridad de la comunidad política sobre los individuos. Para él, un individuo aislado es incapaz de alcanzar su máxima realización, ya que solo dentro del entramado social puede desplegar plenamente sus capacidades racionales y éticas.

Este punto resulta fundamental para comprender la teoría política de Aristóteles: el bien del individuo está subordinado al bien de la comunidad, y es solo en el contexto de esta que el ser humano puede alcanzar su mayor potencial. La idea de que el "todo es anterior a la parte" refuerza la noción de que la política, entendida como la organización de la vida en comunidad, tiene una importancia en la realización de la vida humana.

La ciudad como fin natural

La polis no es solo la comunidad política por excelencia, sino también el fin natural de las formas más simples de organización social, como la familia y la aldea. Para Aristóteles, la ciudad existe no solo para satisfacer las necesidades básicas de supervivencia, sino para proporcionar las condiciones que permiten a los seres humanos vivir bien y de manera plena.

"La comunidad perfecta de varias aldeas es la ciudad, que tiene ya, por así decirlo, el nivel más alto de autosuficiencia, que nació a causa de las necesidades de la vida, pero subsiste para el vivir bien" (La Política, 1252b). La ciudad, por tanto, es la cúspide de la organización social y el entorno ideal en el que el ser humano puede perseguir la eudaimonía. Mientras que las comunidades más simples buscan satisfacer las necesidades de subsistencia, la ciudad tiene un propósito superior: crear las condiciones para la vida virtuosa.

Este aspecto del pensamiento aristotélico subraya la importancia de la ciudad como un espacio en el que el ser humano no solo sobrevive, sino que florece. La polis es el marco natural en el que los individuos pueden vivir una vida moral y políticamente plena.

El rol de la política

La política, para Aristóteles, tiene una finalidad mucho más elevada que la mera administración de la vida cotidiana. Su propósito es guiar las acciones del Estado hacia la consecución de la eudaimonía, que es el fin último de todos los ciudadanos. La política no es, por lo tanto, una actividad instrumental, sino una actividad noble que define la vida humana en su máxima expresión.

"El fin de la política es orientar las acciones del Estado hacia vivir bien, no meramente hacia el vivir" (La Política, 1253a). Aquí Aristóteles traza una distinción clara entre vivir y vivir bien. La política no solo se ocupa de garantizar la supervivencia de los ciudadanos, sino que también debe crear las condiciones que les permitan vivir una vida virtuosa y autorrealizada. Es por ello que la política, según Aristóteles, es superior a la ética, ya que su objetivo es el bienestar colectivo, que a su vez asegura el bienestar individual.

Vida buena y condiciones políticas

La vida buena, según Aristóteles, solo puede alcanzarse en una ciudad bien gobernada. Las condiciones políticas determinan el grado en que los ciudadanos pueden desarrollar sus virtudes y vivir de acuerdo con los principios éticos. En una ciudad mal gobernada, los individuos se ven impedidos de alcanzar una vida plena, ya que las condiciones políticas desfavorables obstaculizan el desarrollo moral y racional.

"La vida buena se puede desarrollar en la ciudad bien gobernada y, por oposición, en una ciudad mal gobernada difícilmente se podrían desarrollar una vida buena" (Parafraseado de un párrafo más largo. 1282b12, La Política). Esto establece una relación de interdependencia entre la política y la ética: la política crea las condiciones para que los ciudadanos puedan vivir de manera virtuosa, y sin un entorno político favorable, este desarrollo es prácticamente imposible.

Aristóteles (384 a.C.- 322 a.C.)
Aristóteles (384 a.C.- 322 a.C.)

Un despegado Aristóteles

El concepto de zoon politikon es fundamental para entender la visión de Aristóteles sobre la naturaleza humana. La vida en comunidad no es solo una opción, sino una condición necesaria para la realización plena del ser humano. Es dentro de la polis donde los individuos pueden alcanzar su máximo potencial, tanto en términos de desarrollo moral como de bienestar colectivo. La política, en este sentido, se presenta como la disciplina más elevada, ya que orienta las acciones del Estado hacia el bien común.

Sin embargo, este análisis abre la puerta a reflexiones contemporáneas. ¿Es la estructura política moderna capaz de proporcionar las condiciones para la vida buena que Aristóteles describe? ¿Cómo se adapta el concepto de zoon politikon a las sociedades globalizadas y tecnológicas del siglo XXI? Además, ¿es posible alcanzar la eudaimonía en contextos políticos que priorizan los intereses individuales por sobre el bienestar colectivo? Estas preguntas invitan a una reflexión profunda sobre la vigencia de la política aristotélica en nuestras sociedades actuales.

Algunas frases para seguir pensando:

"La política prescribe qué se debe hacer y qué se debe evitar, orientando las acciones del Estado hacia el bienestar de todos sus ciudadanos" (Política, 1253a).
"La virutd de la justicia, por su parte, es algo propio de la ciudad, pues la justicia es la ordenada disposición de la comunidad política; y la virtud de la justicia consiste en discernir lo que es justo." (Política, 1253a)
"Pues, así como el hombre, llegado a su pleno desarrollo, es el mejor de los animales, así también apartado de la ley y de la justicia, es el peor de todos" (Política, 1253a).
"Y quien no puede vivir en comunidad o que, por su autosuficiencia, de nada necesita, no es parte de la ciudad sino, una bestia o un dios." (Política, 1253a).

Bibliografía:

- Aristóteles. Política. Introducción, traducción y notas de Manuela García Valdés. Madrid: Gredos, 1988.

- Dri, R. La Filosofía Política Clásica: de la Antigüedad al Renacimiento. Buenos Aires: CLACSO, 2000.

- Mondolfo, R. "El pensamiento antiguo" Tomo I – Ed. Losada, Bs. As., 1952.

- Paz Ferreiro, J. Physis y Nomos en Aristóteles. Revista Jurídica Digital UANDES 1/2 (2017), 92-108 DOI: 10.24822/rjduandes.0102.6. 

- Vernant, J.-P. (2005). Atravesar fronteras: Entre mito y política II. México: Fondo de Cultura Económica.