Transformación Educativa: reflexiones críticas sobre el futuro de la Educación Pública
Seré breve:
Al informarnos sobre la compleja situación que atraviesa nuestra educación, es esencial reconocer que existen dos enfoques divergentes respecto a la transformación educativa. Por un lado, se encuentra una perspectiva individualista y simplista que sostiene que el éxito educativo depende exclusivamente del esfuerzo y la capacidad de cada uno de nuestros estudiantes. Por otro lado, se presenta una crítica fundamentada que señala la omisión de los actores clave en el proceso educativo, argumentando que no se considera el contexto en el cual se desenvuelve el estudiante.
Esta crítica puede vincularse con el concepto de "hombre en situación" propuesto por Pichón Riviere, que muestra la relevancia del contexto en la evaluación del desempeño de nuestros gurises. Es fundamental que esta reflexión se extienda a la sociedad en su conjunto, a todos y todas, para visibilizar las condiciones desafiantes en las que los docentes llevan a cabo su labor educativa. La implementación de un enfoque de Educación en Contexto Relacional y Organizacional (ECRO), tanto dentro como fuera de las instituciones educativas, podría contribuir significativamente a transformar la percepción social que se tiene sobre las y los docentes.
Las políticas educativas promovidas por el gobierno para "transformar" la educación, generalmente, se basan en modelos importados y manuales prescriptivos que ofrecen soluciones prácticas para situaciones específicas, pero que son aplicadas de manera universal. Este enfoque metodológico no solo ignora la participación activa de los docentes en el diseño e implementación de estas políticas, sino que también socava la posibilidad de una reforma educativa genuinamente efectiva.
Nos encontramos inmersos en un paradigma de individualismo capitalista neoliberal, donde la narrativa del "tú puedes" se ha convertido en un mantra hegemónico que perpetúa la idea de que el fracaso es únicamente responsabilidad del individuo, tanto desde la perspectiva de nuestros estudiantes como de nosotros, los docentes. Esta concepción desatiende las dinámicas sociales que sustentan estas realidades. Tanto los políticos como otras instituciones y ministerios estatales parecen desestimar el contexto social como un factor relevante. Es fundamental entender que los problemas estructurales de nuestra sociedad no pueden ser abordados únicamente a través de políticas educativas; es necesario que todos los actores involucrados piensen en conjunto y de manera colaborativa. Para esto, se requiere un consenso genuino entre todos los sectores de la sociedad para que una verdadera "Transformación Educativa" sea posible.